martes, 25 de septiembre de 2007

La Malinche...Una de las figuras más polémicas de la conquista española



La joven intérprete del conquistador Hernán Cortés supo ganarse un lugar a su lado y se convirtió en un símbolo del choque entre dos culturas.Carga con el peso de haber sido la intérprete y amante del conquistador Hernán Cortés y por eso fue acusada de entregar a su pueblo. Pero la historia que se esconde detrás de su vida es mucho más complicada e interesante, y podría compararse con las mejores telenovelas mexicanas.Malitzin, mejor conocida como La Malinche, nació en 1502, en el seno de una familia de clase alta del pueblo Azteca. Cuando era todavía muy chica, su papá murió y su mamá volvió a casarse. Al nacer su medio hermano, el tan ansiado varón, su madre se deshizo de ella y, tras la derrota de su pueblo, fue entregada como esclava a los Mayas. Su destino estaba marcado: como era chica, Malinche aprendió a hablar con fluidez su lengua materna y la de sus amos. Esta habilidad la condenaría, poco después, a convertirse en la encargada de trasmitir los mensajes entre los conquistadores, que transformaron su llegada en un baño de sangre, y sus hermanos, que la veían como cómplice de la destrucción que causaron los recién llegados.Pero la historia sigue complicándose y, como no podía ser de otra manera, el amor se convierte en protagonista. Con la llegada de Cortés a las costas de México, en 1519, Malinche vio nuevamente torcido su destino. Junto a otras diecinueve chicas, fue regalada al recién llegado como símbolo de paz. Pronto se convertiría en su traductora, consejera fiel y amante.Aunque jugó un papel fundamental en la conquista de México y la desaparición de dos grandes imperios, no todos acuerdan en la calidad de su aporte: algunos consideran que evitó una masacre mayor, otros que traicionó a su patria. Lo que sí es seguro, es que Malinche se transformó en la madre de los mexicanos. De la pasión que la unió a Cortés, nació su hijo Martín, el primer mestizo entre español e indio que se conoció por esas tierras. Con la intención de poner fin a tradiciones como los sacrificios humanos y el canibalismo, Malinche colaboró en la introducción del cristianismo en culturas que desconocían aquella religión. Fue entonces que la bautizaron Marina, nombre con el que también es conocida hoy en día.Pero a diferencia del resto de las novelas, la historia de amor que rompe todas las barreras no triunfó. Cuando la esposa del español llegó a esas tierras, Doña Marina fue casada con el capitán Juan Jaramillo. A partir de ahí, poco se sabe de lo que pasó con ella. Hay quienes dicen que partió con su marido hacia Europa donde tuvo otra hija y murió en un lugar y fecha que hasta hoy se desconocen.Sin embargo, si recorren las calles de la Ciudad de México, es posible que alguien les diga por lo bajo que La Malinche nunca se fue. Hoy, algunos la llaman La Llorona y aseguran que su alma sigue allí, penando por una vida de tormentos. Dicen que a veces se la puede ver y que, si se escucha con atención, se oye un grito desgarrado que llora: “¡Ay mis hijos!”.Una mujer, una leyenda y una historia que sigue viva más de quinientos años después, despertando curiosidad, odio y amor entre los que caen bajo su encanto.

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